Debo reconocer que a pesar de llevar años compitiendo en carreras de Orientación en bicicleta y Carreras de Aventura, soy un desastre con la bicicleta de montaña. Es un factor que me limita muchísimo en las competiciones, en especial en bajadas por terreno suelo, donde me pongo tan nervioso que acabo bajándome de mi máquina y caminando. Es una sensación muy frustrante, pero tengo dos opciones, o me sigo quejando o intento poner una solución. Como imaginarás…he elegido la segunda opción.

Mucha gente me comenta, especialmente ciclistas que llevan dando pedales desde bien pequeños, que “con esta habilidad se nace”, pero yo creo firmemente en que todo se puede aprender si conseguimos crear un buen plan de aprendizaje, lo llevamos a cabo regularmente y comprobamos (con un vídeo o una persona que nos observe) nuestros errores y mejoras.

Por ello, voy a intentar explicarte en este artículo los pasos que estoy siguiendo para mejorar mi técnica de conducción, especialmente en descensos. A continuación voy a explicarte cinco trucos que me están sirviendo, que podrás realizar en cualquier zona despejada:

1. Posición de ataque en la bicicleta

Si piensas que la posición básica es estar sentado tranquilamente en tu sillín, estás muy equivocada/o. Para abordar la mayoría de irregularidades del terreno parece necesario aprender a amortiguarlas con tus codos y rodillas.

Para ello, nos pondremos de pie en la bicicleta llevando la cadera hacia atrás (casi parece una sentadilla), y trata de mantener tu espalda plana y la mirada hacia delante.

Si sientes que empujas el manillar con los brazos, retrasa más tus caderas; o si sientes que estás tirando de él, adelanta tus caderas.

En las subidas, pondremos más presión en la rueda delantera ya que si no podría llegar a levantarse dicha rueda; por contra, en las bajadas, la presión irá un poco más hacia la rueda de atrás. Aquí nos sirve el consejo de no tirar ni empujar el manillar, buscando un punto intermedio que iremos cambiando según las condiciones del terreno.

2. Equilibrio

Otra manera de interiorizar la posición básica es intentando ir lo más lento posible, hasta casi ir parado. También puedes ponerte encima de una linea pintada en el suelo e intentar seguirla sin salirse ni lo más mínimo.

Hay otras técnicas, como ponerse contra una pared con la bici frenada, e ir jugando con nuestra posición y la frenada. También se puede poner una mochila, e intentamos dar una vuelta alrededor de ella lo más pegados y lento posible.

Aun no las he probado, si alguien lo ha hecho, que me lo comente por aquí.

3. “Pies pesados, manos ligeras”

Para dominar mejor la bici, deberemos dominar el hecho de cuándo “meter más peso” en la bici o cuándo aligerarla; de manera que nos adaptemos a las irregularidades del terreno.

Si ves a los mejores ciclistas de montaña bajando, los verás dando como “botecitos” en la bici, flexionando y extendiendo las rodillas ligeramente para así ir lo más pegados al terreno posible.

Para poner más presión en los pedales, mantén los talones bajos. Esta postura te obligará a llevar la postura de “pies pesados, manos ligeras” de la que habla Brian Lopes en su libro “Técnicas maestras del mountain bike”. Además, en caso de una posible “catapulta” (caer por delante de la bicicleta), al llevar los talones bajos estarás más preparado para evitarla.

Si llevas zapatillas con calas, recuerda imprimir fuerza al pedaleo no solo en el descenso del pedal, sino también en el ascenso, recordando a un movimiento de un pistón de un coche, ya que, mientras un pedal sube, el otro baja, y los dos movimientos deberían de hacerse con la misma tensión

. También hay otra tendencia opuesta al “pedaleo de pistón”, que es el “pedaleo circular”, insistiendo en mantener la tensión en ambos pedales durante todo el recorrido del pedaleo.

4. Frena también con tu cuerpo

Con los frenos de disco actuales, la potencia de frenada se centra en el freno delantero. Para una frenada más efectiva, deberemos de retrasar un poco nuestra posición básica, colocando la cadera un poco más atrás. Así evitaremos irnos hacia delante por las fuerzas que generan los frenos.

Insisto en sentir cómo van nuestros brazos respecto al manillar. Si no contrarrestamos bien nuestra posición, notaremos que empujamos el manillar, con el consiguiente peligro de salir volando por delante de la bici.

5. Inclina tu bici para tomar curvas

Frena antes de empezar a girar, en una zona limpia, mira hacia donde quieras ir, y no, no gires el manillar, ya que es mucho mejor inclinar la bicicleta hacia el interior de la curva. Además, puedes poner más peso separando la rodilla interior de la bicicleta.

Y, ¡cuidado!, no frenes mientras haces la curva o acabarás en el suelo.

Conclusión

Es un auténtico placer recorrer las montañas a dos ruedas, pero lo es mucho más cuando llegas a un descenso técnico y sabes leer la trazada más limpia, ponerte en la posición adecuada con buen equilibrio, adecuar tu peso para adherirte al máximo al suelo y así frenar eficazmente y tomar la curva con la máxima seguridad. ¿Nos vamos de ruta?