He estado pensando lo que son 50km. Es la distancia que separa Madrid de Aranjuez. Para una persona, andando tranquila, 50km pueden suponer 2 ó 3 jornadas de ruta en un peregrinaje como el camino de Santiago.
Hace unos meses me preparé una Ultramaratón de esta distancia con la lente de un corredor popular. Para ello elegí el Solidari Trail de Alcoi que es una carrera de 55 km, pero haciéndola en autosuficiencia y orientando con mapas, que para eso soy orientador.
Preparando la carrera
La ruta consiste en una vuelta circular que comienza y termina en el centro de Alcoi, pasando por puntos de control en Preventori (Km 11 y 34), Cima del Montcabrer (Km 21), y vuelta por Cases del Salt (Km 7 y Km 34) y Castell del Barxell (Km 38).
No llevé ningún gel, y aunque estaba muy convencido de mi elección de comer arroz con boniato, no fue una buena elección, ya que el aumento de consumo de fibra no me sentó nada bien y estuve con problemas gastrointestinales toda la carrera.
Como puedes ver, así es como me preparo para un reto de tal magnitud: me estudio el recorrido, preparo mapas, GPS y pienso en la comida que voy a llevar.
Si te interesa saber el trabajo de entrenamiento previo que hice para este reto, puedes verlo / leerlo aquí.
Empieza la fiesta
A las 7:30 empieza la fiesta en la Plaça de Dins de Alcoi. Me siento concentrado, sabiendo que he entrenado lo mejor que sé, y que es una experiencia que he vivido en otras ocasiones con éxito y disfrute. La tranquilidad de la fría mañana me ayuda a calmarme mientras caliento, voy a ir paso a paso, cumpliendo pequeños tramos y estando muy presente en cada paso que doy en mi aventura.
En el Kilómetro 7, siento que no es la manera que tenía pensada empezar. Las sensaciones no fueron buenas desde el principio, pero lejos de buscarme mil excusas, mi cabeza estaba en su sitio, feliz y con ganas de vivir cada paso de la ruta.
Me acercaba al primer punto de control, antes del Preventori tocaba subir una cresta resbaladiza donde me caí de culo, estas cosas entran dentro del juego. Mi moral no descendía, parecía que mi cuerpo empezaba a responderme.
Llegué al primer punto de control, el Preventori, donde la presencia de Luis se notó al aparecer el dron, ¡qué molón! En una aventura donde pasas tantas horas solo contigo mismo, la presencia de un amigo que te regala palabras de ánimo, te da comida, te cuida… te sirve para aprender a apreciar esos pequeños detalles de la vida que te calientan el corazón.
Me voy hacia el Montcabrer, y aparecen nuevos obstáculos: he tenido que cambiar la ruta, es lo que pasa cuando sigues un track y no sale como querías. Pero para eso tengo un mapa y mi capacidad de adaptación, por lo que decido ir por el Barranc del Sint, metiéndome en un auténtico monumento a la naturaleza. Las sensaciones son cada vez mejores, subo relajado y saboreando cada metro de subida. El frío y el viento me golpean, pero nada puede quitarme la sonrisa enmedio de tanta naturaleza.
La cima se acerca y llego a un paraíso de nieve, es espectacular este collado. No se me ocurre mejor final al ascenso tan duro que he superado que poder tocar la fría nieve entre mis manos y saber que mi reto sigue adelante entre tanta belleza.
Después de la cima del Montcabrer, estaba pletórico, todo iba sobre ruedas y tocaba bajada a la Foia Ampla, donde quería disfrutar de la bajada “a muerte”.
Superando obstáculos
Correr un Ultra-Trail supone estar muchas horas en movimiento, por lo que debes de estar preparado para todo, para los momentos buenos y también para los malos. Por ello, conecta tu mente y aprende a sentir cada paso que avanzas, más allá del disfrute o del dolor.
A mitad de descenso, las cosas se empezaron a torcer, tocaba sufrir, pero aun en las horas más bajas, yo seguía hacia delante, apretando los dientes y con la cabeza bien alta.
En el Km 30, empecé a subir la Sierra que encaminaba a Sant Cristòfol: He pasado durante la bajada del Montcabrer una crisis, porque me ha empezado a doler la barriga y las piernas no me respondían demasiado bien.
Por fin, vuelvo a ver a Luis en el Preventori, aquí llevo 37 Km. Ya sé que mi tiempo no va a ser bueno, pero no me importa, solo quiero seguir respirando naturaleza y quiero superar este reto por encima de todo obstáculo que se me ponga por delante.
Seguimos por la zona de Els Llençols, hasta acabar en una cresta rocosa. Me sigo poniendo como objetivo llegar al río. Un detalle tan sencillo como tocar el agua que corre refresca mi mente y me brinda fuerzas de donde no las hay.
¡Esto se acaba!
La senda a Castillo del Barxell se me hace interminable, me pierdo en algunos tramos, y llego a mi último encuentro con Luis totalmente desquiciado. Como siempre, su increíble jovialidad me renuevan el espíritu. ¡Ya no queda nada!
De repente, empieza una bajada por pista forestal de las que me hacen volar, sigo con ganas de correr, y sin darme cuenta choco con el río.
Aprende a valorar hasta el mínimo detalle que te dé aliento: a veces va a ser un paisaje, una palabra de ánimo o como fue mi caso en este momento, el contacto con el agua.
Y como puedes ver aquí, a falta de espectadores que aplaudan, yo me animo a mí mismo sin parar, ¡hace falta poco para cambiar tu mentalidad!
Finalmente, llego a Alcoy, con la sensación de que podría haber ido mejor.
Conclusión
Tiempo después de haber superado esta prueba, me asombro con las imágenes que grabamos, me parece mentira haber vivido algo así. La ultra resistencia va más allá de la energía que sale de nuestros músculos, huesos, tendones… tiene mucho de cabeza, pues dentro de ti pasará una montaña rusa emocional; pero sobre todo, tiene mucho de corazón, de esa energía que tenemos guardada para conseguir cada sueño que nos propongamos.
No dejes de soñar, ve a por ello, dedica esfuerzo, cariño y ciencia a tus entrenamientos, las ultras están al alcance de tu mano.